El regalo del elixir

El alarde con ruda montura
y delicado porte
subciona el jugo del jinete
con suave dulzura
Se sabe emperador en su silla
embiste como un dulce toro
con su bravura el capote almidonado
como una abeja deja su aguijón
sobre la piel
Capote a capote
se entrega
Relincha y le deja alejarse con desemvoltura
Luego recomienza la faena sin prisas
hasta que se alinea a la danza
y no ve la lanza
en su fiero
encuentro como un encierro
Pegados dando vueltas siendo uno
Ninguno quiere que acabe
porque el tiempo dejó de existir
Se traspaso la existencia
Explosióno
como un big bang
hicieron nacer las pleyades
Vítores lejanos se acercan
generarán nuevos planetas
Energía que fluye y se desliza
como un volcán en erupción
Del crujir de la tierra un jadeo incesante
Luego llegará la calma sosegada
y con la mansedumbre volverá a brillar el sol
El rojo rugido de la tierra
dará paso
al rojo atardecer del cielo
El elixir consumido
néctar para la creatividad de los Dioses
Regalo de la eternidad
Encuadernado para reverenciarlo
por los maestros guerreros que deberán transmitirlo
El Tao no se desboca ni se pierde por la boca

26/08/2022
©Dikia