LATIDOS EN LA TUMBA DEL TIEMPO

Latidos que retumban en un alma dormida por el aire de la rutina.
Llanto infinito que suena en una tumba ya cerrada por el tiempo y la enfermedad.
Alma silenciosa que pasea entre pasillos que le recuerdan lo feliz que en algún momento fue la vida.

Oh, reloj, ¿por qué sueles robarle segundos a quienes merecen horas infinitas entre nosotros?
¿Por qué corres cuando deberías caminar?
Deberías correr al ritmo de los pasos del caracol; así, mientras tú corres, nosotros nos perdemos en abrazos inmortales.

Muerte, tú que a todos visitas de la mano de la vida, ve y dile que el cielo no volvió a brillar desde que sus pasos caminaron contigo.
Ve, cuéntale que aquí, a veces, sus recuerdos nos dan vida, pero que del mismo modo nos frenan.
Cuéntale que lo llevamos siempre con sus enseñanzas y vivencias, intentando vivir como él lo hacía con nosotros.

Dile que, si es verdad lo que las leyendas cuentan, nos cuide y nos mire desde allá, mandándonos amor que el reloj, por celos, no nos dejó terminar de expresar.