Promesas
poema de Alpataco
Aquella noche di a mis manos su piel
y ella en respuesta echo a volar su cabello.
Bebió mi boca de su boca la miel
y con desnudez respondió mi atropello.
Desparramé mis promesas sin cuidado
como en agosto el viento a las hojas mustias.
La invite a soñar y cebé lo soñado,
pero en su huerto solo brotaron angustias.
Para ver el destierro de su inocencia
no cerré los ojos y al fin de ese beso
copó mis culpas con brutal insolencia
su rostro virgen de tan ansiado terso.
Aun vienen sus gestos hasta mi ventana,
se que por las noches se habrán de vengar,
pero sigo a salvo al llegar la mañana,
hora en que los miedos van a descansar.
Comentarios & Opiniones
A mi me suena a pesadilla.Saludos