Memoria de sangre

Me saqué lentamente la piel y la retiré de mi cuerpo
y la colgué en el tendedero de mamá,
Esperando que por goteo cesara mí duelo,
Yugo pesado, el cual no sé si algún día culminará.

Pero mi ser comenzó a sangrar recuerdos.
Recuerdos nefandos y quebrantadores
y con ellos junté un balde con dos litros
de malditas y taquicardias decepciones.

Flujo que das vida; hoy me estas lacerando.
Entre las piedras del patio de mamá
debería esparcirte y arrojarte sin dudarlo
Pero mis venas dicen que esto jamás acabará.

Y no me anime a drenar esta escarlata poción.
Más bien, en su lugar tomé un viejo pincel
Y barnicé con mi sangre las paredes de mi habitación
Y mapas con miles de ríos se formaron por doquier.

Con el maldito síndrome del infortunio de siempre
todos esos cauces desembocaron en tí.
Erosionando mi orgullo y desgastando mis dientes,
acelerando mis latidos y encorvando mi cerviz.

Dime, que más puedo hacer mamá?...
Beber mi sangre y sentir el sabor amargo del metal.
O Tal ves seguir el camino de las sombras del mar
y perderme por siempre en su anesteciante profundidad?.

Tengo una colección de cuchillos en mi cuello.
Un enjambre de infames recuerdos en ebullición.
Una serpiente coral que le da color a mis cabellos
Y un sedante estado en esta, mi tóxica; habitación.

autor: Neftali Rosas
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