Poeta, poeta mío

...
Poeta! no mires la garganta
aún hace daño;
no muerdas el látigo, mírame
mi lengua es frágil
Tengo en el alma una rodilla
y no es la tuya
vertical es tu despedida. Beso de pulpo fétido.

Amigo, soy yo. Azul, soy yo. YO
tiempo absurdo sobre el machangara
ciudad de Quito, partido en dos, voy
labios que pasan rasguñan piel desmantelada
en la danza tu pie se abría y entraba yo
un pájaro nevaba
y yo cantaba dentro de tu uña; me
recogiste ese día que casi muerdo mi propia alma
cuando comía un encebollado.

Tu cuerpo era perfecto
se esconde entre celo y la nuca.
Soy yo.
de mármol tengo ahora una tilde en la ceja
y por entre mi mano una mueca
ese día me salvaste y luego me hiciste el amor.
Lo hicimos
de la flor húmeda, del riñón encarcelado
se abría la flecha
y entrabas tú en mí y yo en el caldero
todo el número la expansión y el sexo
un grito se quedaba fuera de la puerta
qué frío tan débil
dormir, dormir, apapacharme en tu cintura;
ser real
garza, vidrio en la oreja
me llevaste a casa y sobreviví: tumefacto
lleno de capulíes y espinas olorosas
gracias por darme tu mano y en ella una paloma
de sangre hirviente;
ahora sé que tu maíz es redondo
y tu alma es un ciudadano a quién nadie hiere.

Comentarios & Opiniones

La Dama Azul

Caballero, un gusto vuestras declarativas letras.

Reciba mis cordiales saludos

Critica: 
Alexander Silva

Gracias por ese comentario.:)

Critica: