Todo por su propio peso.

No llora el corazón, exhala de alivio.Punzante y doloroso, pero con sutil alivio.

No entremos en la discusión de lo eterno,  lo puro e inmaculado.
Que queda demostrado que el camino fue errado.

Las palabras fueron fuertes y claras, encadenadas con incezante pasión y como las olas del mar.
Bravas y saladas.

No es yugo el amor.
Ni de vida es vivir sin sentido, sin respiro; definitivamente, sin una gran dirección y tristemente a dientes, con escasos cariños.

Por su propio peso en el que cae, es la altura a la cual se elevó todo y solo en el mar resuena, el eco majestuoso con el que se distorsionó todo.

Vana es la esperanza, por qué aún así, la arena, el viento y el mar, no traen la dicha... ¡Lastimada es la alegría¡

En su sangre no galopa el miedo, ni tatito la duda y ni si quiera la culpa, por qué en medio de la naturaleza, la culpa se disipa.

El mar con el cielo cubre al ser, haciéndolo casi invisible.

"Somos un altavoz en el universo"