Vieja amiga

poema de Adrián

Puedo oír el canto alegre de la oscuridad,
silencio perverso y atractivo,
como la araña
duermo en la trampa,
incluso cuando todo se apaga,
cuando lo aparente es calma,
la sombra de los muebles,
la sombra de mi espíritu,
el placentero calvario
del descanso digno,
ahí continúa, dentro de mí,
inagotable, inclemente,
el runrún eterno,
un crepitar antiguo
que brota de mis entrañas
e inunda
cada uno de mis sentidos,
hilarante y sin frenos,
tan gigantesca que sonríe cautivadora,
esa fiel indeseable
que me construye y destruye
a partes iguales,
la rabia, la maldita rabia...

Comentarios & Opiniones

Penelope

Qué bien describes ese sentimiento que se derrama como una mancha de petróleo por nuestro organismo, cargando las venas de pura adrenalina cuya raíz es la impotencia. Buen escrito que merece todas las estrellas!

Critica: 

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