Un paseo al ocaso.
la lluvia de verano
dejo los adoquines mojados
la brisa mece los arbustos,
vapor de las tasas de té
se escapa por los balcones
y terrazas en este ocaso.
aquí y allá hay retazos
de rayos de sol y de luna
retoñan besos y caricias
de los que pasean en el parque
las bancas de roble y pino
están repletas de amantes,
de amigos, hijos y padres.
se sonrojan los claveles
al verme pasar somnoliento
me quito el sombrero en un gesto
de mutuo respeto, me quedo viendo
pero adelante los colores me llaman
y medio troto medio danzo
para alcanzarlos y hablarles de ti.
las estrellas refulgen en un
lejano cielo vestido de noche
sobre las calles quedan pocos coches
sus luces se reflejan en los charcos
y con veintitrés halagos
un piano me invita a dormir.
las farolas iluminan
los rostros de los nocturnos
transeúntes y sus múltiples expresiones,
prendo un cigarro, el humo
se hace uno con el viento
de este tierno paseo
veraniego.
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Poesía pura. FELICIDADES