Para mi, y todos los hartos de mundo

poema de Acero etereo

Hace meses que vengo saliendo de la ventisca, sacudienome la escarcha y sigo llorando porque en la laguna no me anda la lancha, porque nadie ve como estoy cavando un canal al mar. Pobre idiota yo, que creía merecer reconocimiento ajeno por mejorar, y nunca me lo di a mi mismo...

Me esperan largas rutas argentinas que congelan la sangre al sur y la hierven en el extremo norte, este también es un "wild country"
Pero en sentidos imparciales y subjetivos.
Estoy cansado de escribir sobre mi mismo, y solo ver lo que siempre he visto, es hora de comer mundo para devolver letras.
La idea germinaba en mi desde adolescente, y viví un año de mochilero, pero no wn un viaje espiritual y atendiendo a lo que la boca del universo tenía que decir, fue un capricho y una aventura de quien tiene 18 y nada que perder.
Esta vez escucho la atmosférica voz del todo llamarme e invitándome al festín de las historias que hay más más de las extensas llanuras de los campos de Entre Ríos, me invita a destapar el velo de zonas inexploradas y con ellas a rasgar mi propia cortina, y ver el mundo al desnudo, me dice "joven Torpe, bo importa cuanto leas, si quieres escribir un libro que valga la pena, debes vivir por ti mismo, no a través de otros" así hablo el universo conmigo en sueños, con las abstracciones que ello implica, y yo le entendí...

Ahora que enterré los huesos triturados de mi abuelo, y que al fin tuve mi encuentro cercano con la muerte, he despertado (en la forma que un blanco de clase media despierta, muy lejos del despertar del alma) y ahora se que debo hacer. Mi viaje por el país, me abrirá de una vez las puertas de la omnipresencia (la que puede alcanzar un individuo humano) y relatar como un amargo y viejo Kerouac mi insignificante experiencia.
La mortificación y el martirio ya no me ofrecen nada, son ya 5 años de lo mismo. Escribir sobre mis sentimientos profundos y mis experiencias, y siempre "mis, mis y mis" no niego lo siguiente: un hombre solo puede, aunque lo evite y deteste, Escribir sobre si mismo" pero al menos quiero volver al dosmil catorce cuando escribía de mi mismo, pero no se notaba mi presencia en los textos...
Tengo veintiséis años, y ya estoy arto, cansado y desanimado de esta y de cualquier vida. Y se que bo puede ser así, que antes de pensar en suicidio debería volver a ver los colibríes alimentándose en flores campanas, ver polipodios entre el musgo de los bosques y llorar de felicidad como antes lo hacía.
Millones de textos inconclusos sobre mi escritorio, mezclados con partituras que nunca anime con los dedos sobre el piano, miles de "ahora si mama" que nunca cumpli, sueños y sueños muertos en cienagas enterrados en vapores húmedos, con aliento a muerte...
Es hora de sacar esos esqueletos bañados de barro negro y ponerlos a bailar una zamba interminable hasta que lleguen a alfombras rojas y palacios de cristal.