Recorro la isla en tu cuerpo

Ya sucumbido el recorrido, el mar parece extrañarnos,
Parece alimentarse de un recuerdo Que tal vez no volverá,
En tus pasos parece verse la lejanía del monte,
Errado mi deseo quiere besarte la piel,
El sexo se opone ante nuestra necesidad de amarnos,
Recorro la isla en tu cuerpo, como evidenciando
Que eres todo lo que vivo, Helena tu silencio es bellísimo,
Y alimenta el sonido de los pájaros,
Como fundiéndolos en un retoño hacia el mar,
Tu cabello se deja desprender mientras transcurres

La arena con tus pies descalzos,
Fluyen tus dedos acariciando el aire,
Como pintando mi rostro en el mismo, que más pintarías?,
Que otro recuerdo te llegaría?, si con tus manos
Haces poesía al palpar la tumba de mi vos,
Esta que experimenta colapsos con los poemas
Que fluyen como desorbitados tras un terremoto.
Recorro tres pasos, tal vez cuatro después de saltar de la barca,
Ya es necesario evidenciar mi existencia con el desnudo
Que mis pupilas te hacen, pareces lejana, tan allá,
Pareces flotar entre la brisa suave del callado mar,
Callado está porque te ha visto desnuda,
Y se enfrenta ante la posibilidad de enamorarse
Errante de la voluntad de cuerpo, y es que lo entiendo,
El mar no es más que nosotros,
No es más que tus manos siguiendo mis rasgos,
Y no es más que mis lágrimas cubriendo tu piel.