La verdad de un sentimiento
Ya no tenía esperanzas de que regresara, y tenía consigo un orgullo similar al que ella le demostraba, la diferencia era que dicho orgullo guardaba consigo el sentimiento más grande que el jamás en su vida pudo tener; sabría que tenía que ocultar todo, inclusive para con los que a diario trataba, era tal su desesperación al no poder sacarla de su mente tan tallada y tan marcada, que los días se hacían más largos, y sin poder hacer mejor cosa que amarla, disfrutaba de su presencia en sus sueños y pensamientos , todo esto en medio de una añorada soledad que sólo dedicaba a ella, con esto se resumía su vida en recuerdos, los que sólo sabían y podían hablar de ella, como el veneno del mejor sabor, la mayor adicción y la mayor tentación; sus besos y sus palabras eran la inmediata recopilación de los mejores momentos vividos por él, ya no había nadie más que pudiera llenar el vacío que había dejado; únicamente de las muestras y expresiones de cariño de ella él se valía para ser verdaderamente feliz, y era posible, en las fracciones de tiempo en que se hacían reales, cuando dormía y se conectaba al espesor de la oscuridad y de la nada.
Conoce más del autor de "La verdad de un sentimiento"