DESPUÉS DE MORIR

La vida después de la muerte...
Siempre me sonó a ultratumba. Al relato de las diferentes etapas del camino de un ser descarnado hasta llegar a su hogar. Delirios místicos para muchos, verdades innegables para otros... Como fuere,
esta frase cobró para mí un sentido diferente cuando la muerte me arrebató a mi compañero.
No puedo aún describir la intensidad de mi ira, de mi miedo, inseguridad, desolación, los deseos de morir también.
No puedo, tampoco hoy, recordar el paso a paso que me trajo hasta tu vera.
Si sé que en medio ese huracán de emociones descontroladas te busqué. No me preguntes por qué... 30 años habían pasado de nuestro adiós. 30 años de revisar redes sociales, decirme "él está bien", conformar mi corazón con tu buena vida y seguir andando. Seguir viviendo.
Me sorprendí buscándote...
Me sorprendió la necesidad de volver a esconder mi cara en ese huequito que se forma entre tu cuello y tu hombro. Anhelando con desesperación la protección de tus brazos.
No te encontré esa vez y no tuve fuerzas para insistir. Los ojitos chiquitos, siempre anhelantes y atentos me dieron el incentivo necesario para sobrevivir, un día a la vez... Lentamente, fortaleciendo lo que quedó de mi, renaciendo, volviendo a ser.
La vida después de morir resultó no ser una experiencia mística. No hubo grandes revelaciones, ni fantásticas transformaciones. Solamente dolor y soledad. Angustias que se fueron haciendo amigas. Heridas que terminan por engrosar tu alma. Temores que parecen no dejarte nunca, ese aire que falta en tu vida y que nunca va a volver a estar...

Pero el hilo rojo... El hilo rojo me llevó a encontrarte, ese hilo que siempre me llevo a creer que seguías siendo mío sin importar tiempos ni distancias.
Hoy sos parte de mi vida. De esta vida que cultivé después de morir. No es ni remotamente parecida a la vida de ensueños que pensamos hace tanto tiempo atrás...
Pero es un sueño... Hay perfección en tus besos, hay perfección en todo este amor que habíamos dejado en pausa.
El hilo rojo... El hilo rojo sigue manteniendo unidos nuestros corazones... Desde siempre y con esa intensidad que solo nosotros podemos generar.