Tocó mi puerta

poema de Zúntala

Tocó mi puerta la ardiente saña
Del adiós prematuro y cansado
Ése que se pasea en la mente
Pero que quema el alma cuando va

Ansiada senda del desahogo patrio
Misterio oculto del olvidar
Consuelo tosco de ésta vida
De esta fila, vieja, por pan

Mismas estrellas, mismos verdes
Y no entiendo por qué nos duele

Mismo sol acontecido en rojo
Pero otra tarde, para llorar

Ávila que no se olvida, que arde
Sobre las alas de tantos vuelos
Y el tuyo, cercano, hiere cerca
A éste tallo verde, que soy yo

No llores niña, ya pasará
La angustiosa llaga de éstas trincheras
Y cantaremos juntos ésas canciones
Que nos dejó el pasado que queremos

Nadie se aleja demasiado de aquí
Nadie se va sin dejar un mar
Tan navegable como este otro
Que abre sus puertas, para variar
Para variar un poco el llanto,
Que sea de anhelo y no por pan
Que sea canción lejana
Que unas mismas voces van a cantar

No llores niña por lo que va
Pues toca ahora amarrar las venas
A otro destino, sudaca y verde
Para que entiendas por qué se van

Tocó mi puerta la ardiente saña
… Del adiós