Otras Navidades...
Eran otras Navidades...
Un gajo de pino real, ataviado de brillantes chirimbolos, guirnaldas metalizadas, bolitas pequeñas de telgopor (polistireno expandido), oficiando de "nieve" y velitas reales, apoyadas en cada una de las puntas de los verdes follajes.
Algún Papá Noel suspendido, esperando su día, y en la cumbre del árbol, la estrella de Belén, brillando portadora de Esperanza, Paz, Amor y Fé para el mundo todo.
Al pie, metido entre la gruta (elaborada con cajas de cartón y papel imitación piedra) que las manos artesanas construían como un altar, estaba el pesebre...
San José, la Virgen María y el Niño Jesús, eran el centro de atención y adoración de todo ese ritual de decoración, esmero y espíritu festivo.
Aún recuerdo el brillo del espejo que simulaba el más límpido lago, donde los cisnes más gráciles, reposaban su delicada belleza.
Y cómo olvidar los Reyes Magos, camellos y animales de granja que acompañaban sin falta cada pesebre?
La dulce cabrita, la esponjada oveja, la vaquita lechera...
Qué gigante se me hacía aquél árbol!
Dominaba todo con su perfumada y orgullosa presencia!
A mis ojos de niña, era todo un titán!
Cuando aparecieron las primeras guías de luces japonesas, unos pequeños cuentagotas multicolores que tenían en su interior líquido, que al calentarse, comenzaba a burbujear entre intermitencias y estallidos mágicos de color y formas, el sortilegio llegó al éxtasis...
A la noche era espectacular!
Horas, paradita frente al árbol donde mi imaginativa esencia, mezclada con mi espíritu curioso y soñador, hacían volar mi imaginación y fantasía como ninguna otra cosa pudo hacerlo jamás.
Dónde encontrar ese hechizo multicolor fantástico en otro sitio?
Aún amo los árboles navideños.
Adoro meter mis manos ágiles y mi mente creativa en cada uno de los detalles...
Hoy hay millones de cosas a la venta a cuál más linda y fascinante tecnológicamente hablando.
Pero yo, elijo mi árbol de la infancia.
Aquél, con olor a pino penetrante, que hoy no pudo ser suplantado por más ecología que le pongamos a la Navidad y no cortemos follajes.
Sigo añorando aquél!
Sencillo, humilde, con poquitos adornos, pero tan llenito de mí!
Yisa 12/12/2016
Comentarios & Opiniones
Yisa, qué relato más hermoso de aquel Belén de tu infancia! Me ha encantado. Te deseo que pases una feliz Navidad en compañía de tus seres queridos.
Gracias, amigo y gran poeta! Que Dios bendiga tu vida y tus letras por siempre. Que esta Navidad sea portadora de Paz, Esperanza y todo lo que necesite tu hermosa alma para continuar. Te abrazo a la distancia!
Que bello poema, totalmente de acuerdo contigo. Gracias por traer a la memoria aquellos inmemorables recuerdos.
Gracias Duliacc. Recordar también es vivir! Abrazo
Nada como aquel arbolito de navidad,mi generación en cuba, no lo disfruto,yo algo alcance, pero el recuerdo de toda la familia reunida, me quema el corazon, ya nunca mas, un abrazo.
Xio: hay cosas que jamás se olvidan y marcan la memoria del alma a fuego. Nunca podrán ser suplantadas! abrazo
Gracias Yisa por compartir tan bellos recuerdos. Un abrazo
Con todo gusto, Keyra. Gracias a ti por leerme. Saludos!
Gracias Corazón, evocas recuerdos que todos vivimos. Un abrazo
Gracias a ti, mac1965. Por tu presencia y comentario. Feliz Navidad!