Indigno de ser humano

Aún discriminamos al que viste, habla o piensa diferente. Compramos el amor, lo condicionamos y aprisionamos. Sobre valoramos lo mundano despreciando las maravillas de la simplicidad. Idolatramos al exitoso en una sociedad llena de materialismo y consumo. Evaluamos la educación en base a la memorización que no refleja nuestras verdaderas habilidades. Nos educamos para esclavizarnos y vendernos a la mejor industria. Seguimos modas y tendencias que destruyen nuestra identidad. Creamos para la comodidad y no para mejorar la calidad de vida.

A pesar de años de experiencias y aprendizajes, siendo cómplices y víctimas de los errores colectivos e individuales, revoluciones, independencias, golpes de estado, crisis económicas, colonizaciones, crímenes, matanzas religiosas y otros holocaustos; seguimos aumentando la entropía social que podría acabar con nuestra existencia. Tal vez aún somos “indignos de ser humanos”".