Rayo/ Carmín

Una mancha, otra luz
tierra drenada y rota de un sol que nunca duerme,
en medio de tu rostro ahora hay un rayo,
es el recuerdo vivo de una naturaleza que no descansa.

Raíz profunda en la estrechez de un espacio en blanco,
carmín de un punto extendido en la herida que crece y no sana,
es la ceguera de pensar en el brillo sin verlo,
y arrancar ese mal necio que no sale de tu piel.

Ni el resplandor carnívoro del rayo,
ni la luz león atravesando el cielo limpio,
habrán de quebrantar el monumento del alba que se alza en tu nombre,
porque vives en mi carne y mi mirada,
porque cada lagrima mía te guarda,
porque donde nazcan rosas nacerás tú,
siempre nos quedará la fuerza del día perpetuo que nunca muere.