Eterno Gabo

poema de Mar

Sí, es cierto, no hay medicina que cure lo que no cura la felicidad…
ni tampoco una que cubra por completo el dolor de tu partida…
nada reconforta el silencio de las letras…
ni siquiera la música que, como un día dijiste, pone orden al silencio.

Has partido ya… notario de la realidad…
y contigo la posibilidad de creer en la magia de las letras…
esas que quedarán como testimonio de tu triunfo, que hoy… con tu muerte… se convierte en gran derrota…

Hoy creo que mentiste… sí… mentiste al decir que la vida no es la que uno vivió sino la que uno recuerda…
si fuera cierto, entonces no habría certeza de tu vida, pues ella partiría con tu memoria.
Y pienso que te conviertes en eterno, en sublime, inmortal, pues viviste la vida con las letras…
erraste al creer que te eran esquivos los espíritus de la poesía, pues te acompañaron más que a ningún otro mortal.
Y hoy te llorará esa hermosa patria de la que fuiste su dilecto hijo…
esa América Latina que brindó sus entrañas para que fueras parido a la humanidad…

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