Metro 17 minutos

El metro va casi vacío.
Son las 5 de la tarde,viernes 19.
Voy caminado por el andén del metro tobalaba hacia la escalera mecánica.
Estoy vivo,aún vivo.
No tiene nada de extraño.
De hecho, es mas extraño que vaya escribiendo esto ,
el tren se aleja y la escalera me lleva.

Estoy vivo,cual sería la gracia.
Yo creo que la ventaja es que Nietsczhe ya no existe
y yo Zaratustra de andenes.

Como tampoco ya no existe Gabriela Mistral,
tampoco otro poema de ella.
Cuánto desearía ella escribir
un último verso
esquivando bolsos y carteras.

Es muy posible, o más bien imposible,
que piense como Nietsczhe,
o escriba sonetos como Gabriela.

Escribir y pensar en este carro de metro,
que cada vez está más lleno,
mientras pasa una y otra estación y
una voz en intermedios dice:

"se inicia el cierre de puertas",
"próxima estación Universidad de Chile".
Son las 22:47.
Otra línea
Otros trenes.
Pienso en Machado
viajando a pié en un pueblo extraño.
Caminante no hay camino
se hace camino al andar.
La línea del tren la construyó una empresa privada.
No necesito hacer mi camino.
Al menos a esta hora voy sentado.
Falta una estación.
"Gracias por su preferencia".
"Por su atención gracias".
"La boleteria ha cerrado por el día de hoy".

Son las 23:08.
Paradero E8.
Pienso en Buda.
Del metro al bus.
La calle es de cemento.
Vuelvo a pensar en Machado.
Se hace camino al andar.
Yo espero arrimado a la reja de fierro.
La vía llena de señales
por donde debo y no debo andar.
Ahora hay algunas líneas amarillas
con reflectores.
Que bien.
Hace mucho frío.
No lo dije,
hoy es Julio del 2019.
Recuerdo a Espinoza.
El conato de la existencia.