Lo más grande del Universo

poema de Alguien más

“Reductico” e imperecedero.
Prácticamente omnisciente.
De la flor de loto, trascendiendo o trascedente.
Cosa o hecho (aquí vale la intervención de Dios).
Revelándose en el espacio oscuro del noúmeno.
Equivalente a la conciencia de la conciencia.
Sin estupor sagrado, más bien, estupefacto hacia el horizonte “inllegable”.
Donde no cabe nada, lo mismo que se lo trague todo.
Que ni la luz se escapa o que la luz sea tan frágil y lenta.
Una especie de tortuga universal.
Testigo de lo que no se ve.
Llegando tarde y sin dar escusas, como siempre, nada nos respeta.
Un intervalo de fotones y un infinito espacio lleno de nada entre ellas.
Imperecedero, inmanente, inconmensurable.
Lo que llamas “impermanente” otros le dicen eternidad.
Es que unos, solo ven el acto del después.
Y los otros, el pasado de la intención.
Y si una gota de agua fuese otro universo.
En la misma gota también millones y millones de estrellas.
¿Qué sería la distancia sino una sensación?
Y cada vez que miras creas algo.
Lo que no existe, la luz lo inventa en su propósito.
Con un ojo mágico de ser humano.
¡PARA QUÉ CREAR SI NO ES VERDAD¡
Parecido a ver lo que quieres ver, ¿le llaman libertad?
Obtuso, inocuo, más, nada impide llamarlo lógico.
Porque, ¿Qué cosa sería ilógica?
Simplemente, porque se puede y también, nada impide que no se pueda.
Ni cosa de locura ni de cordura.
Tales dioses no existen en tal medida de imaginación.
Nada se quiebra si le llamamos transformación.
Metamorfosis, híbrido, desnaturalizado o descuartizado.
¿No es acaso la suma de las partes menor al todo?
Que, si uno lo piensa bien, ¿Qué podría ser artificial?
Si hasta uno mismo que es nada igual es algo.
Podríamos darle el nombre de irreductible.
Aunque a veces se encuentre destrozado, destruido, cansado.
Palabras, solo palabras, tan grandes palabras como el universo en una gota de agua.

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