La realidad y yo

El principio de dar es primero teniendo.
Internet cuando se necesita una dirección.
Conocimiento para resolver un problema.
No enviar un mensaje sin tener toda la información.
Hacer del trabajo algo importante.
(Es el lugar en donde en ese momento estamos)
Practicar la fraternidad en cada lugar.
La fraternidad no es un traje que podamos usar según la ocasión.

Si el día ya se arruinó, no lo arruinemos más.
Mañana hay que volver a comenzar.
Si bien, no todo depende de nosotros.
De nosotros depende si nos quedamos o nos vamos.

No somos libres para hacer lo que queremos.
Somos libres para elegir a que obedecemos.

Así vamos aprendiendo el juego del querer, poder y deber.

Los demás existen.
También existe la realidad en donde los demás existen.
En esa realidad, es en donde nosotros también existimos.
Son tres variables distintas que forman un mundo.

La realidad, cubre tanto a los demás como a nosotros.
Nos hace iguales en este océano.
No podemos cambiar la realidad.
Y la realidad, no tiene por qué cambiarnos a nosotros.
No somos tan poderosos como para transformarla.
Si lo suficientemente fuertes como para que no nos transforme.
En esto no hay divinidad ni poderes sobrehumanos.

La realidad se hace a si misma con todos nosotros.
Nuestra libertad asegura que la realidad no nos someta.
Pero, la libertad no es un fin, es un medio.
Nosotros elegimos a que nos debemos.
Nuestros deseos nos dan y nos quitan.
Todo lo va acumulando el tiempo.
Y el principio de dar, es primero teniendo.
Y no importa que tan efímero sea todo esto.
Como siempre se desvanecerá.
Aunque nada se pierde ni nada se agrega.
La realidad y yo no somos la misma cosa.