Mayo

poema de De vos

Cubres cuántos muñones tienes
con sangre derramada
y suspiras aliviado: No eres quien dicen
En mitad del templo, encharcado por ti
hay esa triste paz que se siente culpable
del silencio inferido a la ciudad
(tu mundo y el de quienes se te acercaron)
En realidad, hay silencios que no son signos de paz
ni quietud; como el fin de una fiesta
donde se degollaron a inocentes

Ésas, tus manos, destrozaron una convivencia
que se tejía con sumo cuidado y la buena voluntad
de muchos; de casi todos. Pero la ira desconoce
los esfuerzos de quienes se aprestan a ser sus esclavos
Siempre ha sido así, remugas junto al altar

Imagen: Fotografía de Gabriel Cualladó