Cuaderno de campo

poema de De vos

No hay parágrafos en mi texto
ni emoción
ni color tampoco
No me dice la sangre aquello que ir desgranando
sobre el sumiso teclado, la mente cansada
No hay historias para ser contadas
como si de mí partieran
Tampoco versos en los que imprima alguna huella

Tan sólo un fenecer de la tarde
que sin más se entrega
Y esa boca de lobo, anochecer en círculo
cerrado, llega para suplirme
No hay distintos tonos del verde en los campos
ni sus límites que lo acoten
en forma de colinas, riachuelos y riberas
Los días confundidos; hay un sólo
día excesivamente largo, callado