Y me di cuenta...

"Tuve que caer y sentirme sucia, abandonada, humillada, juzgada...
Para darme cuenta que soy una persona valiosa e importante,
encontré la fortaleza en mi interior,
y en realidad comprendí que
No estaba sucia, porque mi pulcritud no es externa,
No me abandonaron, solo decidieron irse porque no estaban preparados,
No fui humillada, porque mi dignidad es más que el desgarro de una telita (himen),
No fui juzgada, porque son ellos(as) los que se juzgan a sí mismos, cuando hablan de otros...

En ocasiones aún me cuesta mucho levantarme y seguir sin ninguna lágrima cubriendo mis ojos,
sin embargo, cuando ya estoy en pie, puedo tener la máxima energía que muchos quisieran tener, incluso sorprende a veces..."