La rabia

poema de Johann Rose

Ahora rondas mi apartamento revestida de veneno,
Con un olor más atosigante que el mismo incienso,
Velas ennegrecidas por la podredumbre de tu alma,
Despiertas la noche eterna y acallas la plácida alba.

Deberías verla jugar como un demonio,
Es simplemente una fantasía hecha persona,
Más prohibida que la ingesta de amonio,
Pues ni el mismo diablo la cuestiona.

Ya mi caminera no guarda más que tus bellos recuerdos,
Esos donde la vida no era tan fría durante momentos,
Donde apaciguabas la intranquilidad de esta frágil sonrisa,
Con tu forma de ser más fuerte que la misma Artemisa.