Un día un escrito - Día 6

poema de Cuervo

Cuando lo vi comprendí,
que es más sensual de lo que muchos creen, pero muchos que lo usan lo creen más que sensual, intrigante, melancólico y casi excitante.

Sirve para después de hacer el amor,
aunque no queda muy bien.
Prefiero un beso,
uno de esos afrodisíacos.

¿En qué iba?
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

A si,
sensual,
intrigante,
melancólico y excitante,
sin curvas,
apasionante y masculino,
tan necesario,
tan candente su color,
su ardor,
su peso,
su mala presentación,
tan hijo de puta y canceroso,
tan perfecto,
tan puto como su madre,
es tan puto que ha repartido besos hasta perder la cuenta.

Tan canceroso,
tan obsceno,
tan fastidioso,
tan baboso,
tan costroso,
tan dejado,
tan sucio,
tan puto,
tan macho,
y tan tranquilizante.

Recuerdo la vez que lo vi,
no la primera vez,
pero si el día que más lo necesitaba.
Estaba tan dotado de hermosura,
tan bien vestido.
Era como una cita romántica a la cual fui muy mal vestido y él,
bueno,
él tan excelso de excelencia y buena presentación.

El disfrute de un cigarrillo,
de un cigarrillo,
solo es un cigarrillo,
un simple cigarrillo,
pero cuando encendí,
agradecí como nunca esa candela ardiendo al extremo de mis labios.

Fue como una bendición,
como si algo me diera fuerza para soportar unos días más.
Como si él me diera su fuerza mientras le arden los pies o el trasero.

Creo que su cara se sonrojó,
se incendió,
mientras yo cerraba mis ojos y el daba su vida por mí...

...para mí.