Revolución francesa

poema de T-T

La centralidad de la Razón
ha desvanecido, por siempre,
aquel Dios de su corazón.
Las frías lágrimas de un septiembre
moribundo no te dejan dormir.
El derecho divino por abatir.
Suenan las campanas en la iglesia,
rueda la cabeza del temible Rey.