La poesía en el mar

La poesía me invita a soñar,
la poesía me invita a sentir la suavidad de las nubes,
que como espuma rozan mi piel,
y sus pequeñas burbujas juegan en mi pelo.

La poesía para mí es el mar,
es todo lo que puedo llamar inmensidad,
es todo lo que me hace volar,
es todo lo que está bien
y todo lo que está mal,
es todo lo que casi nadie ve,
pero que yo me detengo a ver.

La poesía es el mar,
que con sus olas arrastra hasta aquí
los pensamientos más profundos de la humanidad,
los sentimientos más dolorosos y bellos
que las personas guardan en algún lugar.

La poesía también es el cielo,
el firmamento,
el ocaso que invita a mirar más allá
y dejarse llevar por el profundo sentimiento.

La poesía no es nada sin el mar,
sin su hermosa inmensidad,
que nos lleva hasta allí,
hacia ese lugar al que unos pocos van.

La poesía sabe de amar,
sabe de sufrir,
conoce el dolor,
conoce el amor,
es una experta en la felicidad.

La poesía conoce a la muerte,
pero también a la vida,
a los santos, a Dios
y a todas las religiones existentes.

La poesía nos invita a soñar,
amar, vivir, valer,
temer, doler, sentir.
Nos regala una inmensa ola de mar,
que nos conduce hasta este lugar,
al lugar en donde nos encontramos parados,
pensando en ¿Qué es la poesía?

La poesía es el arte más maravilloso
de poder decir lo que sentimos,
de poder verter nuestros pensamientos
más profundos y complejos.

La poesía somos tú y yo
que divagamos por el mar,
por el mundo loco que viene y va,
sin rumbo alguno, y nos deja a orillas del mar.

La poesía es libertad,
la poesía es...
ese bonito lugar
en donde me gusta estar.