El día después

poema de San Brendano

Situada, mi másico numero, luego del amanecer transgresor, ha hablado con mi coronilla.
Ancestralmente, entre la superávita, el columpio de la desgracia y el anochecer de la luna, mi mundo:《Argor》, crece y se hace indestructible. He pasado el trinomio y la biósfera. He chamuscado el idilio, la Concepción y la 《ultranza》, hasta el molusco del (infine). Ahora, en Mashi, al norte de Argor, siete mil almas se levantan y cantan sus letanías a Silvestre. La primera oración que suena es 《Reina mia, aquí...》 y así. El padre, ora. Argona y Mimue, también predican su 《habemus》 hasta que el sol y la luna de Opia, mengue.