La silla del Queirolo

El Queirolo ha derramado
el vaso de ilusiones
y de esperanzas
que te había guardado
con mucho entusiasmo.

¿Te acuerdas de aquella
silla? Cómo olvidar
aquellos momentos,
aquellos pequeños instantes
grabados en la memoria
que se van por el drenaje
del olvido y el ya no me acuerdo.

Ahora todo ha cambiado:
la silla derrama una lágrima
cuando menciona tu nombre;
cuando se acuerda de tus primeros
poemas y de los míos
que es mejor dejarlos así.

Yo estoy aquí sentado
detrás de un Pimentel recio
y de un Verástegui tímido
y de varios Hora Zero
alegres y bonachones;
mientras que yo estoy aquí
sentado triste y sólo esperando
con ansias tu llegada
aunque la razón me dice
que nunca volverás
pero igual te espero
sin importar la hora
ni la inclemencia del tiempo.

En verdad te digo
que no hay mayor tortura
ni peor condena que no estar contigo.
Hasta las mesas
y las sillas lloran tu ausencia
presente en los rincones de la taberna,
en cada una de las esquinas
y en cada uno de los ambientes…

¡Cuánto dolor
puede caber en una ausencia;
cuánto padecimiento
puede existir en un recuerdo;
cuánta angustia cabe
en unos labios que ya nunca besaré!

Mientras tanto me voy bebiendo
un chilcano a tu nombre
aguardando tu no llegada,
que no volveré a verte,
el que jamás has de recordar
a este bohemio poeta
que te daría todo (la vida)
con tal que seas feliz.

Unas lágrimas se deslizan
por el vaso: son mis ojos
que han corrido tratando
de alcanzar tu mirada.

Las lágrimas son niágaras
de un dolor indescriptible
y de una amargura infalible
por un amor que decidió
jugar a la indiferencia
y al desprecio ganando ampliamente
sin discusión.

La mesa es muda testigo
de aquella tristeza hiriente
y la silla no puede sacarte de la mente
por más que lo intenta interminada
cantidad de veces.

Desde entonces cada miércoles
la silla te guarda un asiento
en el mismo lugar de siempre.

Comentarios & Opiniones

María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-

¡Cuánto dolor
puede caber en una ausencia;
cuánto padecimiento
puede existir en un recuerdo;
cuánta angustia cabe
en unos labios que ya nunca besaré!

Gustavo excelsa pluma, todas las estrellas. Buen fin de semana.

Critica: 
Yan

Un placer leerte Gustavo. Saludos.

Critica: 
Cálamo Azul

maravillado con su forma expresiva, llega bien al lector con esos matices nostalgicos, muy bueno, estrellas

Critica: 
Joelfortunato

Mi respeto junto a mis saludos y amistad le envío: Agradable escrito, de colorida nostalgia, sentimental, cristalino, de nobles letras.

Critica: 
Orlando Silva

Mi buen Amigo Gustavo Adolfo, que hermoso todo de prencipio al fin, muy agradable "La mesa es muda testigo
de aquella tristeza hiriente
y la silla no puede sacarte de la mente
por más que lo intenta interminada
cantidad de veces." 6 ESTRELLAS.

Critica: 
Manuel Bast

Bello poema que tiene como fondo esa antigua taberna peruana que sin lugar a dudas fue fascinante ambiente. Un gusto leerte. Felicitaciones y estrellas. De tu amigo MANUEL (https://rincondepoetaslocosyafines.blogspot.com/)

Critica: