poema de Saida Cerdán

Alabanza visceral,
Difamación gloriosa del ser,
Humano, animal,
Grotesca bestia sin jauría de presas,
Fiel domador de fieras,
Implora, llama cual fuego helado
Ardiendo entre la soga de la inocencia;
Revienta, yo te ordeno,
Destruye a tu Dios,
Destruye tu viento,
Destruye tu alimento a voces
Cuan aquel ramillete de espinas,
No de flores, no de pétalos,
No de sangre podrida
De gangrena consagrada
Sobre el cuerpo inherte de fétreo óseo,
Colgado, mutilado, destrozado
¡HUMILLADO!
¡COBRADOR DEL DESTINO
VÍCTIMA Y TESTIGO,
yo te pido:
REVIENTA!

Explota como la artimaña de masilla,
De cristal roto y arcilla en horno
Todavía humedecida.
Podrida.

Traumada.

Vencida.

Tu sangre corrompida.

© M, Saida Cerdán

Comentarios & Opiniones

Ceuleman Jossimar Villacinda

Bello escrito, cada palabra alimenta mi alma tu obra es excelentes todos las estrellas y miles de aplausos éxitos en tus proyectos!!!

Critica: 
Mario Red

Excelente!

Critica: 

Comenta & Vota