Hablando del tema

¡Que llueva en la tierra y el universo explote!
Así comencé a soñar.
Todo en calma con nada, absolutamente en armonía
La vida nos extinguió de toda realidad.

Siempre supimos que éramos incorrectos
Pero a nadie le gusta aceptar.
Por mucho color que tengan tus restos
Siempre la muerte saluda al final.

El día que el tiempo mande el diluvio
No quedaran animales para salvar,
Llevando motivos sintéticos
Atravesando palabras en tu paladar.

¿Cómo esperar que el granizo llueva seco?
Fue la resaca de la juventud
Perdida entre carne roja y mariscos
Con una pizca de ingratitud,
Ocultando mi vida en la maleza
Buscando mi pasado entre la multitud.
Considerando el estado de la naturaleza
Mis dientes reflejan la realidad
Ausentes entre diálogos y recetas
Presentes en cada superficialidad.

No creo poder resistirlo, hablando del tema en general, no prometo volver a lo mismo siendo atraído por la gravedad, no obstante pequeño enemigo, te encuentro sentado en la inmortalidad, un poco asustado cuando entras a la realidad.

No pienses que escribo por mostrarme indefenso, no crezco con cada palabra, la vida y el tiempo me hacen soñar y tu, inconsistente deseo, despiertas en el momento de la acción, desnudando ambos cuerpos, esperando un destello de un largo camino, o monstruos vespertinos, cada uno corriendo al encuentro del otro, justo al momento de la gran explosión.

¡Si!, es calma lo que siento.
Pienso en cualquier cosa que pasa en el mundo.
Pienso en la madre buscando un camino.
Pienso en el hijo siguiendo sus pasos.
Pienso en el padre que vive en la ausencia.
Pienso en la bestia que aguarda en mi inconciencia.
Pienso en todo lo que me preocupa.

¡Hay alguien acompañando!
Siempre un pie delante de otro, memorizando el camino, buscando el talento desperdiciado o una multitud que te reclame. Siempre olvidado y no muerto.
Como al final de un café, justo cuando le tomas el gusto, la compañía lo vuelve amargo.
Si todos flotamos en el universo por que nos peleamos por una fracción.
Si los días no fueran lucidos, seriamos ciegos con total voluntad, esperando el ultimo verso, atraídos por la gravedad, sumidos todos al suelo en espera del final, tomando una mano cercana para no morir en soledad.