Ya no queda nada.

Ya, no hay poesía de amor
ni caricias, que nos unan
ni palabras para el corazón
ni habrá flores en la tumba.

Hemos cambiado
los susurros por silencios
los abrazos, por distancia
un beso por un adiós
un te quiero por un…
no me haces falta.

Los amaneceres
ahora son ocasos
con lluvia de nostalgia
el sol, se marchó desolado
buscará otra galaxia.

Mi tristeza tiene nombre
un nombre, que se ahoga
en mi garganta,
el recuerdo al acecho
casi, me amenaza.

Ya, no hay poesía de amor
ni alma para alimentarla
pronto, llegará el olvido
y entre tu y yo,
ya, no quedará nada.

Téura