Aquí me tienes.

Aquí me tienes…
¿acaso no me ves
con las manos extendidas?.

Aquí me tienes…
para secar tus lágrimas
y curar tus heridas.

Déjame… abrazarte,
que mis brazos sean la cueva
donde invernan tus tristezas,
y al salir de ese sueño
habrá llegado la primavera.

Haré que tu dolor
sea pequeño, tan… pequeño,
que ni con lupa lo veas
y te devolveré la sonrisa
esa sonrisa, que brillaba
casi tanto, cómo las estrellas.

Aquí me tienes…
desnuda, para que me vistas
cómo a los árboles
los viste la primavera,
para entregarte mi alma
para quererte,
y que me quieras.

Y si piensas que te he olvidado
en ésta ausencia,
aquí tienes mis labios…
¡bésalos! y ellos,
te darán la respuesta.

Téura