Ela

Oh que pecado y que camino,
si sonó la caracola,
yo te soñé mi doctora,
ya te desfloré hace una hora.

Quite tus rosas de mi espalda,
y no pude contener tu punzón,
más uno en la soledad
de la carne, y otro en el corazón.

Y así pasaron los años
y con razón, te pedí una vida,
más cien años de amor.

Floreció al alba el camino,
las rosas lozanas azul
del cielo, y por besar tus labios
de caramelo, se derritió
mi razón.

Al ocaso fue otra cosa,
y tus finas alas de mariposa,
trascendieron la pérfida alma
del amor.