Sueña la niña

poema de Quiplato

Mírala cómo sonríe
a la niña tan risueña;
parece ser que se adueño
del cïelo y sus estrellas.
Ve en sus ojos esmeraldas
el brillo feliz que enseñan;
parece ser que la niña
nunca lloró amargas penas.
Mira sus rubios cabellos,
flores que se pavonean,
y que libres en el viento
de graciosa forma vuelan.
Detente en su blanca piel,
tan marmórea y tan tersa;
parece ser que en la niña
un gran misterio se encierra.
Mas todo es vana ilusión,
la niña tan sólo sueña;
sueña en una foto ser
feliz; sueña que así ella
al menos en apariencia
tendrá la vida perfecta,
esa de color de rosas,
la que tanto Dios le niega.
Pero todo es un süeño
y como buen sueño cesa,
y una vez que finalizan
los corazones su fiesta,
corazones virtüales
que su corazón no llenan;
siente un profundo vacío,
vacío que no se llena
vacío de la existencia.