Apagón

poema de Quiplato

No sé qué escribir;
la musa callada está;
no me siento aquél hombre
al cual las coplas brotaban
como agua de manantial.

No sé qué decir;
al duende no lo siento más;
deber ser la rutina
con sus repetidos días
y su tedio mortal.

Se agota el vivir;
el reloj corriendo va;
adios poesía
de gris monotonía
y triste soledad.