La reina Kira y el mago Tello

poema de cielo azul

*La reina Kira y el mago Tello*
(Cuento – parte dos)

La reina, en su desesperación, no deja terminar de hablar a Camilo. Lo toma de la mano y salen corriendo hasta donde se encuentra el lago.
¡Espere un momento, reina Kira! ¡Sólo es un cuento que escuché hace muchos años, nada nos asegura que sea cierto!... Kira se detiene y con voz ansiosa le pregunta:

¿Dime quién te contó esto? y ¿Cuándo sucedieron estas cosas?

Mis padres me contaron, vivían a las orillas de la aldea vecina, decían que una familia estaba recogiendo su cosecha y al menor de los hijos le dio un ataque que lo dejo paralítico, perdió el habla y la vista. Lo llevaron a muchos médicos, pero ninguno supo que le había pasado y no pudieron dar un diagnóstico acertado. Le decían a la familia que él se quedaría así por el resto de su vida. La familia de este joven escuchó decir de los milagros que hacía el hombre de este lago y lo trajeron aquí, dicen que se sanó y volvió a ser normal; pero yo no he visto milagro alguno... vivo aquí hace muchos años y nada ha ocurrido, solo es una leyenda, por aquí nadie lo ha visto como para asegurar que es verdad.

¡No interesa si es verdad o no! ¡vamos! quizás hoy ocurre ese milagro que tanto necesitamos!
Como usted mande reina, vamos, pero…. ¿Por qué callas lo que ibas a decir? dice la reina enojándose con Camilo. Nada nada solo que hay algo que no he dicho, ¿Qué es? ¡Dilo, por favor!

-Dicen que este personaje sale cuando la luna está llena y que hay que lanzar muchas flores, además el pide que una doncella se bañe en sus aguas cantando para él. ¿Dónde vamos a encontrar la doncella? ¿de dónde vamos a sacar flores si todas se marchitaron?...

La reina impotente se deja caer al suelo y rompe a llorar desconsolada, ¡Ahora que vamos a hacer! no es justo lo que nos ha pasado ¡Dios por favor ayúdanos!

Camilo, sin saber que decir se aleja a prudente distancia para secar sus lágrimas.
Ante tan difícil situación casi que ni un milagro los puede ayudar pues no hay ni una sola flor para lanzar a las azules aguas de aquel misterioso lago.

Camilo, con su mirada perdida se acerca a la orilla del lago y mojando sus manos y su rostro para que no vea la reina que ha llorado exclama: ¡no sé si es verdad lo que dicen de este lago! ¡Pero si es real! ¡Por favor! quien quiera que sea el que vive en este lago, ¡ayúdanos! de lo contrario... ¡todos moriremos!... Sus ojos se fijan en algo que está a la orilla, a pocos centímetros de profundidad ve diferentes colores que se mueven con las pequeñas olas del lago, curioso mete su mano y coge algo, es como una rama, la hala y ve que sale un tallo con flores de muchos colores, asustado la suelta y corre a donde está la reina, diciendo: ¡Majestad venga mire lo que hay en las aguas!

¿Qué es lo que ves yo quiero verlo también? juntos se arrodillan en la orilla para mirar mejor lo que esta abajo, Camilo mete su mano y le muestra a la reina las flores. Kira con un gesto de mal humor se levanta diciendo: ¡Era eso lo que me querías mostrar, pensé que era algo mejor! ¡Pero reina estas flores pueden servir como ofrenda solo falta la doncella!

¿Cómo vas a creer, que suponiendo que sea verdad lo que dicen, este hombre va a querer algo que ya tiene que es suyo?, si vive en este lago todo lo que hay en él le pertenece, él quiere flores que se cultivan en la tierra ¿no crees?...

- Pero, como usted dice si es verdad él sabe que no hay flores por eso nos mandó estas que están a la orilla, alguna vez vine a contemplar este sitio y no recuerdo haber visto flores sus aguas son como el cristal y si hubiera habido flores todos las hubiéramos visto-.
- Si, tienes razón Camilo yo tampoco he visto flores aquí-.

¿Porque no intentamos hacer lo que dicen, reina Kira? Nada perdemos con hacerlo. Si no es verdad entonces solo queda resignarnos a morir en este lugar. Solo falta la doncella, si quieres voy de casa en casa para avisar quien puede colaborar en este intento. ¡No! deja eso en mis manos Camilo, yo hablaré con mi hija sobre esto, me arriesgo a que me llame loca, que perdí la razón, estoy dispuesta a soportar lo que sea creo que no será peor de lo que nos espera, tu busca mujeres jóvenes avísales que es una orden de la reina y la que no cumpla será castigada, ¡Sí, su Majestad! ¡Ahora mismo voy! contestó Camilo.

Myriam Stella Buriticá
De mi Antología
Vamos al carrusel

Continuará