Peces de acrílico .

Llueve. Y la densidad
de la humedad
hace que mi cabeza
se convierta en un acuífero
Y mi casa se pueble de peces
de acrílico.

La intensidad de la lluvia
que cae me hace creer que vivo
en medio de la cascada
de una catarata que rebosa de vida submarina. Mi imaginación
Se dispara.

Sobre la mesa tiendo hoja, acrílicos y una pequeña variedad
de pinceles. Los que encontré
en un cajón olvidado.

No es que sea un gran pintor, ni un magnífico dibujante. Pero me encanta expresarme. Los peces se liberan facilmente de mi mente, recorren mi antebrazo y con el pulso de mi mano se plasman en el papel.

De chico me llamaron la atención las pecererias y aun de grande me detengo a contemprarlos.

Llueve. Y los vidrios de la ventana se empañan. El viento no cesa de soplar fuertemente y afuera imagino que es un inmenso mar.

Llueve. Es domingo y llueve
Y el arte y la poesía se hacen presente en este mar de creatividad.