Cúlpame

No me culpes de algo que no he hecho,
o pensándolo bien, si, debes culparme,
cúlpame por no dejarte cuando debía hacerlo,
por robar tus días amargándolos a mi lado,
por intentar que lo nuestro siga con vida
aun sabiendo que desde hace tiempo todo está muerto.

No me culpes que yo te culparé,
las relaciones no solo terminan por engaños
ya vez que el silencio también mata el amor,
a veces pienso que hubiese sido mejor gritarnos,
decirnos todo en un momento de iras
y así sacar todos los diablos interiores
para después gozar del placer del perdón
y no quedarnos callados sin decir una sola palabra
esperando que el silencio solucione nuestros problemas,
silencios prolongados que poco a poco nuestro amor terminaron.

Podrás decirme todo lo que quieras,
por ejemplo que dejé de ser detallista,
que los detalles se convirtieron en un simple recuerdo
de aquel hombre que te conquistó
o que tú simplemente querías un abrazo y así sentirte querida
y que yo jamás cumplí tus expectativas.

Hoy hago lo que debía hacer hace mucho tiempo,
me marcho y es que, ¿qué sentido tiene seguir juntos?
aun eres joven y muy bonita, te mereces ser feliz
y la felicidad ya no la encuentras a mi lado.

No quiero seguir robándote tus días,
no quiero seguir siendo el culpable de tus arrugas prematuras
y de tus dolores neurálgicos,
me marcho y en el fondo es por mí,
¿sabes por qué? porque no quiero llegar a odiar
a la mujer que alguna vez tanto amé.

Autor: Jaime Mauricio.