Roto.

Nuevamente. Hoy, dado suceso que se repiten, volví a romperme. Dios dónde estás? A caso, es verdad eso que dicen, que existes? Nuevamente he caído en el malestar que acobarda el alma del pobre, del anciano, del vagabundo, del ciudadano. Roto. Como quien rompe una hoja escrita con los dolores del espíritu.
Salvaje fue aquel día que cuenta me di del error más grande que pude haber cometido jamás. Pues, si el destino está escrito, y lo escribimos antes de nacer, ésto estoy seguro, jamás lo hubiese escrito.
Porque los sucesos se dan una y otra, y otra y una vez, sin descanso alguno. Dolor. Y temor.
Cuál será la salida?
Cuál es el fin del túnel?
Aceptar. Aceptar el dolor y la pena que sucede en el corazón, en el alma y, por defecto, en el espíritu. Aceptar que la salida existe, más allá, de la cobardía y las luces que cegan y no ayudan. Será Dios una de estás luces? Quizás, quizás no. La sabiduría radica en el silencio interior en la voz que calla, pero dice.

Comentarios & Opiniones

Aldebarán

Se esperan respuestas del omnipresente pero sus respuestas son tan sencilla:Amor, perdón, Comprensión,seguir. El dolor pasa todo pasa. Queda el aprendizaje para no volver a caer. Esa es vida...Bonita reflexión. Saludos.

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