UNA MANO PIADOSA

poema de martinH

A las cuatro de la madrugada cambiaste
de idioma.
Ausente y aburrido, no supe descifrar tu sintaxis
ronca y magnética.
Cuando un amigo me despejó, yacías en
diálogo indecente con dos diablos.
Era insufrible respirar el condensado aroma de
vuestro frenético goce.
Febriles, despedazaban tus labios y tu sexo.
Y allí permanecí extasiado e inútil, muriendo de
hambre ante el festín.
Solamente una mano piadosa me acompañó en
un adagio suave.
Cerré los ojos y le entregué lo que era tuyo.
Una boca que no conocía bebió mi desesperación.
L a mañana trajo una neblina terca e irrespirable.