CUANDO CONOCI A MI MARIDO

poema de María

Me case siendo muy joven,
aun veinte años no tenia,
de lo que no sabia yo,
es que sola me quedaría.

Pasa un mes y una semana,
y marcho mi marido a América sin importarle yo nada.

Pasa un año,
pasan dos,
pasa una tonelada,
y yo no estaba soltera,
ni viuda ni casada.

Conforme pasaba el tiempo,
mi belleza se moría,
y también mi economía.
Antes mandaba dinero,
y luego se olvidaría.

He abierto una tabernucha,
donde las horas perdía,
pues solo había etílicos,
y gente de mala espina.

Una noche muy oscura,
una estrella vi brillar,
al ver a aquel caballero,
que por la puerta iba a entrar.

Tenía la cara morena,
y los ojos verde mar,
el pelo era tan negro,
que le hacia contrastar.

Venia muy bien vestido,
estaba muy elegante,
sin duda era el hombre mas guapo,
y el más interesante.

Se acerco al mostrador,
y con una voz muy pausada:
me sirve un vino señora,
si es que no le molestara.

Estando sirviendo el vino,
no hacia mas que pensar,
como es que haría yo,
para poderle hablar.

Hablaba con unos chicos,
que en el mostrador estaban,
comprendí que eran amigos,
en la forma en la que se trataban.

Al final del mostrador,
un cliente me llamaba,
no se como pude ir,
montaba en una nube estaba.

Después de servir la copa,
he vuelto a la reunión,
yo no se que me pasaba,
me dolía el corazón.

Ya eran más de las doce,
ya tenía que cerrar,
que pena tenía yo,
se tenía que marchar.

Si salía por la puerta,
ya no le volvería a ver,
yo tenía que hacer algo
y que nunca debiera hacer.

Si me dice donde vive,
y donde tiene su hogar,
tengo mi coche en la puerta,
y le podría llevar.

Agradezco que me lleve,
pues antes voy a llegar,
vivo en la calle Princesa,
enfrente del bulevar.

Llegamos a su destino,
y allí mi coche aparque,
hablaba de cosas vanas,
que yo nunca escuche.

Por que estaba aterrada,
me sentía avergonzada,
buscaba en mi la decencia,
y no encontraba nada.

Le dije: tengo que irme
y puse mi coche en marcha,
apeándose del mismo me dijo:
gracias y hasta mañana.

Llegue muy pronto a casa,
llegue como si volara,
por que estaba muy contenta,
pues ya mucho adelantara.

Si verme quería el,
sabía donde yo estaba,
mucho me duro la noche,
y también por la mañana.

Me puse guapa por la tarde,
y por la noche le esperaba,
Ya me dolían los ojos,
de mirar al exterior,
pues se veía la calle,
por detrás del mostrador.

Cuando entraba por la puerta,
ya me echo una mirada,
aquella mirada cómplice,
hacía temblar mi alma.

Hola, como te fue el día,
y a ti como te fue,
pues yo estuve trabajando,
y pensando en la taxista más guapa que jamás imagine.

Durante toda la noche,
el siempre sonreía,
seguro que estaba pensando,
que la historia se repetía.

Estando subiendo al coche,
el se quedaba mirando,
que miras, le dije yo,
la luna que está brillando.

Es una luna de amores,
amores que se están formando,
por eso quiere ser testigo
por eso nos está alumbrando.

No soy mujer de aventuras,
bastante he sufrido ya,
y no quiero más torturas.

Yo no quiero una aventura,
ni tampoco torturarte,
con tu belleza serena,
yo solo quiero amarte.

Conseguimos el divorcio,
y ya nos hemos casado,
por que un amor como el nuestro,
imposible rechazarlo.

Comentarios & Opiniones

Xio

Vaya!!! Tremenda historia, la seguí para saber el desenlace, felicitaciones María, un placer visitar su espacio, buenas noches

Critica: 
María

Muchas gracias por leerme, me hace mucha ilusión que te gusten mis composiciones. Espero que sigamos en contacto, un saludo

Critica: 
Artífice de Sueños MARS rh

¡Caramba, historia interesante! De la vida o fantasía, está hecha para tener lector seguro. Y para seguir escribiendo seguir viva, y con ganas darle a la pluma. Un abrazo y hasta nueva obra.

Critica: 
Viki

Una historia muy triste con mucho sentimiento y tremenda valentía la suya María, un placer pasar por sus letras, un abrazo desde la distancia

Critica: