Dulce que no da diabetes.

Siento algo especial, huelo un aroma a flores, también, olor a tierra mojada, siento como si estuviera caminando por un bosque, quiero correr riendo, y lo hago.
Mientras corro riendo, abro mi boca para hablar de lo mucho que te amo, y al hacerlo se escuchan melodías dulces y suaves. Extiendo mis brazos y pongo mis manos, como si tuviera una pluma, y al mirar, veo que se escriben palabras en el aire, también pinto corazones.
En cada corazón, escribo las iniciales de nuestros nombres.

...Es verdad, tú no me amas.
Pero yo sí. Aunque no te importe, aunque te hayas ido, mi corazón siente amor por ti, y mi pensamiento no te deja.

Podrás amar a otro, podrás amar a otros en tu vida, me dejaste solo...
Pero... "Como siempre me Decías:
Marcos, eres tan dulce, que me darás diabetes".
Seguiré siendo dulce y tierno, seguiré escribiendo poemas y seguiré haciendo melodías.

Jamás me podrás culpar, jamás podrás decir que te dejé de amar.
Llegará el día en que extrañarás mi dulzura, mis amores. Recordarás que llegaba hasta tu fibra.
Y quién sabe, quizá cuando me extrañes, me decidas buscar. Pero, ya será tarde... Habrá otro que se haya dado cuenta de cómo soy.
Luchará por mi corazón y disfrutaremos de lo dulce de este nuevo amor, le cantaré a la luz de la luna en el campo, y yo le pertenceré y le seré fiel, y él me pertenecerá y me será fiel.
Porque mi estabilidad, mi amor y mi compromiso será sincero, será como los que ya no existen en estos días. Ya sabes, el amor en estos tiempos, en estos días, está en extinción.

Correré de la mano junto a él, junto a mi nuevo amor y cuando bese su boca probará de la miel de mi amor.