Máscaras

Máscaras

Una noche de tantas,
se volvió mi eterna noche,
aquella de las historias a la luna llena.
En mi insomnio lejano,
de alas furtivas,
volaban los recuerdos de la noche que te fuíste,
Se que había un misterio en tu cuerpo,
tus pisadas eran distintas,
había silencios escondidos en los ecos,
y banderas izadas dentro de un laberinto.
Aquel rostro que te veía con devoción,
se ha transformado,
se ha vuelto una máscara sin rostro,
hundida entre sabanas saladas,
con ojos distintos,
rondando las profundas noches,
hasta la carne de recorrer tu mundo.
Y una noche como otras,
se abrío mi puerta al estruendo,
y una verdad intrusa,
soplo los cimientos de lo que creía.
Y quise volver,
volver al primer momento,
al viento en tu cabello,
y tu cuerpo sobre esa playa,
casi unos niños tu y yo,
en la mínima distancia de los labios,
y con mis pies encima del mundo,
brotar este torrente de venas,
sobre tu pecho,
con mis latidos en tus latidos,
entre eternos lienzos inquebrantables.
El tiempo ha pasado sin tregua,
y torres y humaredas pincelan las distancias,
mis ojos ya no son esos ojos tuyos,
ya no soy ese rostro de los roces.
Me miro en el espejo de la alcoba,
y la guerra se ha ido hace tanto,
me he vuelto solo un recuerdo.
Tomo distancia hacia la luz,
y todo parecen instantes,
la misma tarde repitiéndose,
el viento de la lluvia lejana.
Sonrío al mundo,
hacia el pasado,
con la frente en alto.
Yo ya no habito en los espacios,
ahora vivo de los momentos.