UNA NOCHE CON KAVAFIS

UNA NOCHE CON KAVAFIS

Bebiendo amarguras Kavafis y yo,
nos encontramos, algo borrachos,
en un sucio bar de Atenas.
Desde sus arrugas, él miraba a un joven muchacho,
que prestaba sus labios a un hombre musculoso.
Yo recordaba un amor que no estaba conmigo,
mientras en un rincón oscuro,
dos muchachas se besaban.
Kavafis lloraba su soledad,
añorando las jóvenes caricias que un día tuvo.
Un gesto, apenas un ligero movimiento,
y el vaso se llenó nuevamente de nostalgia.
"Ay amor de rostros tersos, cuerpos sin heridas ,
ni cicatrices de mil inviernos".
Y babean sus labios la boca que no besa.
Y se duelen mis brazos la cintura que no rodean.
Huele a whisky barato,
a sexo de puro placer impuro,
a llanto de impotencia,
a nunca más aunque si fuera posible...
Pero no lo es.
El poeta se refleja en el licor caído,
se sabe decadente, viejo y ajado.
Me mira y me dice
"Voy a recitarles un poema"
pero no lo recuerda.
Vuelve a intentarlo pero, titubea y llora.
Un hilo de rabia y coraje surge por su nariz,
tose y se balancea sobre su impotencia.
¿Y tú ? me increpa...
¿A quién lloras tú en ésta tierra de belleza y dioses ?
Tú también estás borracha de años,
también estás sola, junto al vaso vacío,
en la esquina de la barra, donde se acomoda el abandono.
Y lamiendo la última gota de alcohol se apoya en mí,
solloza y canta.
"Ven a mirar conmigo el lado oscuro de la luna,
que duerme sobre la Acrópolis,
ven a ver cómo se aman los jóvenes dioses"
La noche se retira, se viste de aurora.
En Atenas, Kavafis y yo,
dormimos solos sobre el duro suelo del Partenón.

mabel escribano
d.r.
imagen: google

Comentarios & Opiniones

JRaul

Muy interesante. Felicitaciones

Critica: 
mabel escribano

Muy amable JRaul

Critica: