EL ÁRBOL DE LA VIDA

EL ÁRBOL DE LA VIDA

Miro con respeto el dolor ajeno, tan cercano al propio.
Somos un comparativo continuo.
Y no importa en que lugar quedemos,
no importa si lloramos mas o menos.
Si somos plañideras de nuestros mismos errores,
y vamos quejándonos con mayor o menor espectacularidad,
lo importante es eso, lo común del sufrimiento.
Situada estos días en ese centro del dolor,
del
"Deme la esperanza"
"Ya se que nada es eterno, pero dígamelo otro día",
me sumerjo en mis preocupaciones y como en la era,
trato de quitar el grano de la paja.
Miro los ojos de mi sangre que sufre,
sintiéndome lejos de mis pirricos problemas,
de mis nocturnos llantos.
Respiro mirando el paseo de los rostros,
donde el dolor ya es irremediable,
sintiéndome llena de coraje contra mi misma.
Dolor es esto.
Ver como cables; maquinas; tecnología punta;
hombres y mujeres no pueden evitar que pese a todo,
el árbol de la vida sea solo eso,
un árbol que herimos al nacer y pese a nosotros mismos,
es curable pero no eterno.

mabel escribano
d.r.
imagen: google