XXV

lo mejor ha sido perderme
quedarme en Ljubljana
sentarme a ver la montaña y el río
ser la parte blanda de la serpiente que se dobla al sol

veo mi sombra proyectada contra el agua
y la corriente me advierte el oportunismo de mi cuerpo negro
nada es permanente
sólo aquello que nunca se ha tenido

lloraste conmigo por tu hermana muerta en un pueblo del perú
allá las hojas que caían se abrían como cuervos
y las serpientes se arrobaban en el río
entre las piedras