Presencias

Por lo que dicen tus ojos,
porque nadie y porque nunca,
por lo que fue de mi vida,
por lo que pudo haber sido,
brindo con el tormento,
rezagado pero incólume,
distraído pero indemne,
olvidado pero intacto,
al saber que en otra parte,
donde no llegan mis ecos,
ni mis versos hacen mella,
ni mi música te arrulla,
ni mis sueños se consagran,
le sonríes.

Degradada a este cúmulo de años insalvables,
insomne e indigente de amor y de lujuria,
vedada para siempre en el luto autoimpuesto
de este alma fenecida y este cuerpo incorrupto,
paseo entre las sombras que dejaste impregnadas
en todas las paredes henchidas de presencias,
salvadoras presencias…
asesinas presencias…

En fin,
este dolor
no lo causa tu ausencia
sino corroborar que, pese
a mis pronósticos,
...aún no
te has
ido.