El viento y Las estrellas

-¿Por qué te gusta tanto el viento?- Preguntó con curiosidad la canaria. -¿Qué tiene de especial una simple brisa que sopla?-

El perro, ya de magullado corazón, dejó de mirar a las estrellas y respondió:

-No es que deba de tener algo especial, no. Es que simplemente me gusta disfrutarlo. Sentarme a la vera de la noche estrellada donde las almas descansan y la tranquilidad reina. Allí donde las luces anaranjadas de las calles comparten escenario con las del cielo. Me siento en las veredas inmóviles donde el tiempo parece que se detiene. Me siento y disfruto del viento.
El perro volvió su mirar a las estrellas mientras la canaria se quedaba pensando.

-Sos raro.- Le dijo.

Él con una sonrisa le respondió:
-Sí, lo sé.-

El silencio se hizo protagonista y allí se quedaron esos dos. A la vera de la noche estrellada disfrutando del viento.