Eternidad de un Soplido

poema de Laya

Te mentí.
Te mentí cada vez que te dije que te amaba.
Te mentí cada vez que te dije que sin ti no podía vivir.
Te mentí cuando nuestros cuerpos se juntaban frente a aquellas llamas danzantes de la chimenea.
Te mentí cuando mis besos te decían que eras la única persona a la cual quería besar.
Te mentí.
Te mentí porque no eres el cuerpo que me calentó en las noches de lluvia.
Porque no son tus labios los que hicieron que se endulzara mi sonrisa.
Porque no fueron tus “te amo” los que me hicieron flotar por los aires.
Porque no fueron tus manos las que me hicieron olvidar que el reloj avanzaba.
Porque no fue tu compañía la que me hizo sentir viva.
No fuiste tú, sino tus pequeños segundos de existencia los que me hicieron amar.
No fue tu “para siempre”, sino lo que significó.
Porque no fuiste tú a quien amé, fue aquel “nosotros”.
No fuiste tú por quién lloré, fue por aquellos momentos.
Aquellos segundos que conformaron nuestro “para siempre”.
Y una vez que preguntaron qué significaban esas palabras en mi opinión y, respondí que significaban “hasta la eternidad”.
Pero estaba equivocada, porque la eternidad no se cuenta con tiempo.
La eternidad no se mide con el número de arrugas que se forman en tu piel.
La eternidad no es un periodo que jamás termina.
La eternidad es un laberinto que recorremos esperando encontrar una salida.
Es un campo cuyas rosas atesoramos y observamos con atención.
Es un camino cuyos rastros nos enamoran y nos hacen sentir que pertenecemos a alguna parte.
Que pertenecemos al mundo.
Es un hogar que encontramos en las reliquias de nuestro olvido.
Un techo que hallamos bajo las rocas de nuestra alma.
Un sitio desesperado que atesoramos sin saber si en realidad es tesoro.
Y por eso, tú eras mi eternidad.
Porque en tus brazos hallé aquel hogar que mi corazón desesperadamente buscaba encontrar.
Y mentí cuando dije que eras tú con quien quería pasar el resto de mi vida.
Porque no era contigo, sino con nuestra eternidad.
Con nuestros segundos contados por la burlona muerte.
Con las rosas que cultivamos en nuestro tan imperfecto campo.
Los rastros de nuestro camino que se irán borrando cada día más con el viento del desierto en el que se transformó nuestro amor.
La salida de nuestro laberinto conformado de decisiones.
Y lloré al perder esas partes de mi vida.
Lloré al ver que no eran nuestros ojos los que iluminaban al mundo.
Lloré al sentir que nuestros cuerpos no se calentaban durante las noches.
Al despertarme un día y seguir en mi pequeña área de la cama, cuando la otra ya estaba vacía.
Lloré.
Lloré sin entender que todo había sido imperfectamente perfecto.
Sin saber que nuestros hermosos segundos habían sido lo más duraderos que podían ser.
Sin darme cuenta de que no podía malgastar el tiempo extrañándote y tratando de olvidarte, porque haciéndolo poco a poco me olvidaba a mí misma.
Las tazas de café sucias sobre la mesa, el cigarrillo viejo sobre las sábanas, las pisadas de barro sobre la alfombra; ahora no serían más que un pasado lejano que se sentía demasiado presente.
Tu maravillosa sonrisa, el resplandor de tus ojos, el sonido suave de tu risa, el brillo de tus lágrimas; no serían más que antiguos recuerdos demasiado nuevos.
Y así estaba bien, porque empezaba una cadena de segundos pertenecientes a una eternidad desconocida.
Una eternidad para mí misma.

Comentarios & Opiniones

Lorena Rioseco Palacios

Bellos versos llenos de sentimientos muy bien plasmados, seguiré leyéndote, un cálido abrazo!!!

Critica: 
Silvia

Despliegue de un amor nostálgico,me encanto.beso.

Critica: 
María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-

Una eternidad para mí misma.

Hermoso escrito donde el sentimiento envuelve a lector de principio a fin. Gracias por compartir Laya

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R24

Me gustó.

Critica: 
Laya

Mil gracias Lorena, un gusto que me leas.
Saludos.

Critica: 
Laya

Gracias por leerme querida shultsz, a mí me encantó tenerte aquí en mi espacio.
Un abrazo.

Critica: 
Laya

Gracias a ti por tomarte el tiempo de leerme María Cruz, un gusto compartir y recibir opiniones de poetas tan talentosos.
Saludos.

Critica: 
Laya

Me alegra R24.
Un saludo.

Critica: 
Eco del sur

"Pero estaba equivocada, porque la eternidad no se cuenta con tiempo... La eternidad es un laberinto que recorremos esperando encontrar una salida." Excelente! Un gusto, saludos amistosos

Critica: 
Romario Fletes

Muy bueno amiga espero con ansias que sigas subiendo mas contenido

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María del Rocío

Excelente mi amiguita! Es más que place leerte. Te abrazo y espero no tarde tanto en volver a darnos ese caudal de talentos!!!

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Yan

Un placer leerte Laya. Saludos.

Critica: 
Laya

María!Qué alegría tenerte aquí leyendo mis versos !! He estado un poco ocupado ya que empecé a escribir un libro pero espero que la inspiración para escribir nuevos poemas no tarde en llegar.
Un abrazo.

Critica: 
Laya

Muchas gracias Eco del Sur ! Un placer que me leas.
Saludos desde Colombia.

Critica: 
Laya

Gracias Romario, por tomarte el tiempo de leerme y opinar.
Un saludo.

Critica: 
Laya

Gracias Yan ! El placer es mío al tenerte aquí leyéndome.
Saludos.

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